Japón moderno y la vida rural

Japón moderno y la vida rural

Escrito por: Salvador Jiménez Figueroa
Escrito por: Salvador Jiménez Figueroa

Las ciudades son una parte importante de cómo nos organizamos y convivimos como seres humanos en el siglo XXI. La cercanía, las oportunidades de trabajo y los espectáculos posibles en las calles de una metrópolis son todas buenas razones para buscar un lugar en las capitales de cualquier región. Sin embargo, cuando se trata de una ciudad concurrida donde viven alrededor de 6 mil personas por kilómetro cuadrado, esto fácilmente se puede convertir en una lucha constante por un lugar en ese espacio privilegiado. 

Tokyo es una ciudad muy cara. El transporte, la vivienda y los servicios necesarios para llevar un ritmo de vida común pueden costar más de lo que muchas personas ganan con 8 horas diarias de trabajo. Además, la cantidad de personas en el trayecto al trabajo diariamente puede añadir niveles altos de estrés a la rutina de los habitantes que necesitan tomar el tren a sus compañías. Esto puede convertirse fácilmente en un sacrificio de paz y de tiempo libre. Es un estrés que sienten nuestros cuerpos, y pueden degradar poco a poco nuestro estado de ánimo y salud mental. Además, estos problemas no se encuentran únicamente en Tokyo: cualquier ciudad del mundo puede padecer estos síntomas.

Es en este punto que una vida en espacios rurales puede empezar a sonar atractiva. En la actualidad, el 8% de la población japonesa vive en el campo. Esto ha causado fenómenos interesantes como el de las akiya (空き家, “casas desocupadas”), viviendas  antiguas que se venden a precios muy bajos debido a la falta de compradores y su poco mantenimiento. Estos espacios han sido un foco de atención de la prensa internacional como una oportunidad para encontrar un hogar en Japón a precios mucho menores que en cualquier ciudad. Aún si es necesario un presupuesto para rehabilitar estos espacios, ser dueño de un hogar en Japón es posible a más personas gracias a este tipo de ofertas.

Considerar la vida rural en una época como la nuestra puede no parecer viable para muchas personas. Sin embargo, la agricultura y el trabajo de comunidad son una verdadera alternativa al ritmo de vida acelerado que nos vemos forzados a vivir en una era tecnológica. Este cambio radical podría ser de gran ayuda para reducir niveles altos de ansiedad y estrés. Éste es uno de los temas discutidos en la película “Recuerdos del ayer”, producida por Studio Ghibli. El personaje principal es un gran ejemplo de cómo una alternativa así podría ser el verdadero llamado de quienes no se encuentran satisfechos con la vida en la ciudad.

Al mismo tiempo, aunque muchos de nosotros trabajamos bajo un esquema tecnológico, el cada vez mayor acceso a computadoras e internet permiten que el trabajo a distancia sea ya una realidad sin importar el lugar donde vivamos. Es cada vez más fácil desempeñarnos como profesionales en empresas y negocios cuyas bases se encuentran lejos de nosotros, e incluso es posible continuar con nuestros pendientes al viajar sin sacrificar la eficiencia o calidad de nuestro trabajo. 

Actualmente el gobierno de Japón está buscando que más personas vivan en sus zonas rurales a través de subsidios económicos y otros programas de apoyo y recompensas por trabajar a distancia. Compañías que configuren su esquema de trabajo para permitir actividades a distancia también serán remuneradas económicamente. Es a través de estas acciones que podemos ver cómo los trabajos descentralizados y la ocupación de zonas rurales van volviendo a tomar importancia en la opinión pública, y se vuelve parte de la búsqueda de un estilo de vida más saludable y sustentable. 

Como individuos es importante reevaluar la importancia que le damos a estas alternativas de vida. No solo nos permitirían escapar del estrés de la ciudad, pues también pueden ser una oportunidad de recuperar la libertad de elegir nuestro estilo de vida y reconectarnos con la naturaleza.