El Iyashikei y la atmósfera de Non Non Biyori

Escrito por: Salvador Jiménez Figueroa
Escrito por: Salvador Jiménez Figueroa

En este tiempo de crisis, para muchos lugares en el mundo el anime slice of life (nichijoukei) y específicamente el subgénero iyashikei pueden ser apreciados por más gente que antes. Es por esto mismo que Animal Crossing se ha vuelto tan popular, ya que permite ver un tipo de vida que sus jugadores no pueden experimentar de la misma manera en el mundo real.

El iyashikei como género de literatura y arte en general nació en una situación igual de preocupante para la sociedad japonesa. A inicios de los noventas Japón sufrió un colapso económico que significó incertidumbre para todos los trabajadores. De aquí nació la necesidad de sentir descanso, calma e intimidad a través de lo que se consumía. De este mismo movimiento nacieron franquicias como Tamagotchi y Pokémon. Para el anime, esto significó un público que buscaba relajarse mientras disfrutaba la vida más sencilla de personajes ficticios, en lugares y situaciones pacíficos. En este tipo de obras, la atmósfera y el tono general son lo más importante, a diferencia de la complejidad o progresión de una historia. Mientras que en un slice of life la historia del anime puede seguir siendo de gran importancia para la serie el iyashikei comúnmente no muestra mucha evolución en su trama, o lo hace a lo largo de muchos capítulos y lapsos grandes de tiempo.

El anime más representativo del iyashikei es probablemente Aria the Animation. Esta serie de 2005 con tonos alegres en un Marte veneciano permite sentir una gran calma mientras la pantalla se llena de paisajes fantásticos y personajes divertidos y encantadores.

No es sorpresa entonces que su guionista, Reiko Yoshida, haya logrado escribir y componer una obra tan inmersiva como Non Non Biyori. Aun en un escenario tan ordinario como lo sería el Japón rural es fácil perderse en las aventuras ordinarias de las 4 chicas estudiantes de primaria que protagonizan este anime. 

Lo más especial es su atmósfera y personajes. La música minimalista, los paisajes sencillos pero hermosos y el ritmo de todas las escenas te permiten apreciar un mundo despreocupado y armonioso en el que la gente sigue aún en contacto directo con la naturaleza diariamente. Esto último es algo que quien ha vivido en ciudades grandes puede atesorar en una obra de arte, sobre todo cuando su presentación te permite sentir que realmente estás presenciando un lugar vivo, como si fueras parte de ese mundo.

En Non Non Biyori no es extraño que los personajes hagan una larga pausa entre líneas de un chiste, o simplemente no hablen durante una escena. El espacio entre cada “acto” de un capítulo suelen ser barridos lentos de un paisaje simple con poco o nada de sonido encima. La maestra de la escuela Asahigaoka2 emite un aura de despreocupación todo el tiempo. Es todo esto lo que crea la atmósfera iyashi3 del anime. Los momentos resultantes son tan tranquilos y satisfactorios que mientras veía la serie sentía que podía seguir disfrutándolos aunque las pausas y tomas de paisajes fueran más largas. Llegué sentir lo mismo que cuando voy a los lugares más bonitos del pueblo en el que vivo actualmente. Eso lo aprecié bastante cuando comencé a ver el anime, pues vivía en una ciudad industrial con pocos parques para sentarse a reflexionar sin escuchar sin escuchar autobuses alrededor o gente con música a todo volumen constantemente. Estoy seguro que es esto mismo lo que atrae a gran parte de la audiencia de este tipo de programas.

Aunque todas tienen una personalidad simpática, Renge (o Ren-chon) se convirtió rápidamente en el personaje más emblemático de esta serie. Es famosa por su facilidad a emocionarse por cualquier aventura, sus expresiones serias pero adorables y las frases que inventa de un día a otro, como “¡Nyanpasu—!”, la forma en que saluda a los demás. El resto del elenco principal son la energética Natsumi; su hermana mayor, la miedosa Komari; y Hotaru, quien se muda al pueblo cuando inicia la serie. Es a través de ella que vamos descubriendo poco a poco los diferentes lugares y costumbres de este lugar, y es ella quien comienza a admirar a Komari cuando ve que tiene el valor de ser sincera con sus emociones sin importar la situación (aunque no siempre sea a propósito). La falta de más estudiantes en la zona es la excusa perfecta para que, a pesar de que están en años escolares diferentes, podamos verlas a todas conviviendo en el mismo salón de clases. La dinámica entre todos estos personajes es muy natural en todo momento, y por ende todos los escenarios y bromas del anime se vuelven muy divertidos.

El que la fortaleza del anime esté en estos dos elementos, atmósfera y personajes, permite que en la segunda temporada se visiten de nuevo los mismos eventos que ocurren en la primera temporada pero con otro punto de vista y la serie siga siendo igual de buena o aún mejor. Los creadores seguramente están 100% conscientes de que estos son los puntos fuertes de esta obra y por eso pudieron hacer una segunda temporada tan excelente. 

Non Non Biyori ha sido tan bien recibido que ya tiene también una película y en 2021 tendrá una tercera temporada. 

Si estás buscando animes similares a éste yo recomiendo mucho Flying Witch, Yuru Camp y Yama no Susume. Los tres mantienen un enfoque centrado en la naturaleza; los dos primeros tienen un ritmo muy similar a Non Non Biyori, mientras que los capítulos de Yama no Susume duran solamente 3 minutos y medio, lo que compensa su ritmo más acelerado.


1. Reiko Yoshida también fue la encargada de la composición de la serie (シリーズ構成).
Este papel en la producción de un anime participa en el bosquejo general de la
serie con el que se deciden sus conceptos principales, los eventos más importantes
y su ritmo (pacing).

2. Oka (丘) significa colina y asahi (旭) significa sol de la mañana.

3. Curativa, terapéutica. Es todo esto lo que crea la atmósfera iyashi del anime. Los momentos resultantes son tan tranquilos y satisfactorios que mientras veía la serie sentía que podía seguir disfrutándolos aunque las pausas y tomas de paisajes fueran más largas.